10/5/07

Fulanos de Nadie

Cuantos taxis tomados bajo la promesa de no enamorarme, cuantas noches sin caparazón, cuantas patas de palos y parches en el ojo, cuantas noches dormidas casi sin abrazar, cuantas tormentas y viajes planeados que nunca se concretaron, cuantos brindis por lo que nunca será... cuantas noches siendo fulana de nadie…

La inevitable lucha de la nostalgia, la angustia, el camino que nos espera, nuestra inmovilidad, la certeza de que debemos caminar, la necesidad de permanecer inertes, la necesidad de no defraudarnos a nosotras mismas, el llanto imposible de sostener, el grito ahogado, el grito fuerte, el cuerpo que tiembla cuando sentimos que no hay nada más en el futuro, la bronca de estar ahí de nuevo, la lastima de nosotras mismas que nos causamos, el odio al mundo que sigo girando como si nada pasara, la indiferencia, la tristeza, la fuerza para pelear, la flaqueza de caer otra vez, el refugio de Sabina, la posmodernidad hecha huesos, el llanto nuevamente... el dolor...

Y entonces les cuento: aquí peleándole a la vida, a esa vida que me tuvo tantos años siendo una fulana de nadie, esa vida de angustias, incertidumbres, llanto, dolor, bronca, impotencia.

Entonces ¿qué hago? Escribo… pero antes leo, recorro sus casas y Cape y Anto me remontan a mis días actuales, a mis días pasados, a todo eso que configura lo que soy.

Recuerdo esa noche de verano, hará dos veranos atrás, una noche de fulanos de nadie, nos fuimos por San Telmo y sentados en corro merendábamos besos y porros
y las horas pasaban deprisa entre el humo y la risa, los cuerpos nos llamaban, así que bajo promesas de no enamorarnos que ambos pretendíamos falsas nos fuimos a buscar las botellas de vino que esperaban en casa.

Era tarde, Sabina nos acompañaba, quizás también nos acompañaba un tango, mientras nos entregábamos sin luchar, a la vida, mientras nos entregábamos sin luchar, a nuestros cuerpos.

Tu cuerpo morocho prometía besos campeones en el primer round, mientras la noche seguía su curso.

Entre besos y caricias llegó ese momento que la noche no es noche y el día aún no es día… nuestros cuerpos decidieron que no estarían juntos, nosotros tácitamente decidimos que seríamos fulanos de nadie destinados a fulanear juntos, pero no unidos.

Y así, con otros tantos amigos hemos compartido noches de bares, noches de soledades compartidas, copas rotas, estadios aztecas que nos dejaron duros, y carricoches de miga de pan.

Ahora yo soy dos, soy uno con mi otro con quien decidimos compartir la vida… y aquel fulano de nadie y yo aprendimos a querernos, mucho, casi tan mucho como para vernos poco y abrazarnos tanto cada vez que la noche nos encuentra…

Y así, el fulano, mi compañero de vida, mi compañera de aventuras y un puñado de amigos que son los que alientan mis horas andamos compartiendo nuestras noches…

Mientras tanto mis días corren en la inevitable lucha de la nostalgia, en ese llanto permanente de haber sido fulana de nadie y no poder aprender a ser fulana de él…

Y entonces la noche nos encontró de nuevo, con el fulano digo, que andaba fulaneando con alguien, una noche que mi cumpa y yo parecíamos estar iluminados por un aura clara, y entonces ese alguien que traías con vos me maltrataba y no entendía porqué, entonces pensé que intentaba seducirme… no me importo mucho porque con mi compa estabámos muy iluminados… pero me dejó un algo que no terminaba de entender..

Esa noche volví temprano, y a los pocos días en la inevitable lucha por la nostalgia recorde como el fulano y otros amigos siguieron la gira esa noche… casi me animé a sentir nostalgia de esas noches de no-promesas de amor, patas de palos y parches en el ojo… casi sentí nostalgia del fulano, quien siempre nos siguió mostrando como él, pirata, seguía siendo fulano de nadie…

Sin embargo, la inevitable lucha de la angustia, la búsqueda de ser dos, la bronca de no lograrlo, el auto-boicot permanente, la confusión, la sensación de vivir en un mundo que no nos corresponde, que no es ajeno... todo eso le estaba pasando también la fulano de nadie, que hace rato dejó de ser fulano de nadie para ser el fulano de alguien, de un alguien y no una alguien… hace rato el fulano se enamoró de ese alguien que lo acompañaba la otra noche, y que yo pensé quería seducirme, mientras ese alguien sólo tenía celos…

Y así, en la lucha, antes de get out of the closet, el quería compartir, casi casi para tomar fuerzas, una noche con su puñado de amigos que son los mismos que alientan sus horas…

Y así andamos, fulanos de nadie, intentando ser fulanos de alguien…

Cuantos taxis tomados bajo la promesa de no enamorarme, cuantas noches sin caparazón, cuantas patas de palos y parches en el ojo, cuantas noches dormidas casi sin abrazar, cuantas tormentas y viajes planeados que nunca se concretaron, cuantos brindis por lo que nunca será... cuantas noches siendo fulana de nadie…

La inevitable lucha de la nostalgia, la angustia, el camino que nos espera, nuestra inmovilidad, la certeza de que debemos caminar, la necesidad de permanecer inertes, la necesidad de no defraudarnos a nosotras mismas, el llanto imposible de sostener, el grito ahogado, el grito fuerte, el cuerpo que tiembla cuando sentimos que no hay nada más en el futuro, la bronca de estar ahí de nuevo, la lastima de nosotras mismas que nos causamos, el odio al mundo que sigo girando como si nada pasara, la indiferencia, la tristeza, la fuerza para pelear, la flaqueza de caer otra vez, el refugio de Sabina, la posmodernidad hecha huesos, el llanto nuevamente... el dolor...

Por ser fulanos de nadie, por ser un puñado de amigos que nos alentamos las horas, brindemos!!!








27/4/07

Movimiento


Miedo, vacio, ansiedad, temor, oscuro, voces y sonidos que vuelven, sensación de incapacidad…

Felicidad, ansias, movimiento, nervios, picazón en la panza, esperanza, sensación de todo es posible…

Así me encuentro, cambiando mi destino, enfrentándome cada día a nuevas sensaciones, con sus blancos, sus negros, sus grises y, sobre todo, llenas de colores…

Hoy renuncie a mi trabajo y en una semana empiezo uno nuevo. Quizás parece una situación trivial, quizás lo sea… pero a mi me enfrenta a esos sentimientos encontrados de felicidad y miedo, de esperanza y temor.

Pero el miedo asume forma de pasado, y ahí es que el miedo se convierte en terrible, porque me enfrenta a esos momentos grises, oscuros, casi negros, donde yo era mi peor enemiga, asumiendo la forma del entorno, de las personas que estaban a mi lado, que me rodeaban sin formar parte de mi vida… y allí me recuerdo, casi adolescente, enfrentando una casa sola, un trabajo nuevo, amistades que no fueron tal, en el llanto permanente de no saber que hacer, de querer huir, salir corriendo y no volver nunca más…

Y así me veo hoy, cansada de todos esos años, a la vez fortalecida, crecida, pero aún con miedos. Ya no estoy sola, ahora la casa es de a dos, pero eso también me llena de miedos… Y aunque sé que estoy ubicada en un mejor lugar y que me ubico a cada instante decidiendo lo que quiero hacer, esos miedos en forma de pasado estan ahí y me acechan… y a veces me ganan y los dejo pasar…

Quiero y elijo a cada instante cada una de las cosas que tengo, despertarme junto a él cada mañana, soñarnos juntos para siempre y saber que no soy más uno, que somos dos, compañeros, juntos… quiero y elijo, temo y lloro, me da bronca el miedo y lloro más fuerte, me veo a mi misma así llorando fuerte y me da bronca y sensación de caer en la locura irrefrenable de escapar de todos lados y lloro más… entonces él me abraza y me recuerda que ya no estoy sola, y lloro por no haberlo visto antes, y lloro por querer alejarlo con mi llanto, y lloro porque él no se va y me abraza más fuerte y me hace sentir que ya no podría vivir sin él, y lloro por temor de que eso pase, y lloro por pensar eso porque desde allí no se construye, y lloro porque aún no me sale del todo vivir mejor, y lloro porque recuerdo cuan mal estaba y lo fuerte que fui para salir de toda esa mierda, y lloro más fuerte hasta que me canso y me pongo a bailar, tanto tanto que el cuerpo me estalla, la música se hace piel y recién ahí me doy cuenta que puedo ser feliz, siempre y a cada momento eligiendo el camino de mi vida, puedo ser feliz…

Y se los quería contar a ustedes, que desde el lejano universo del ciberespacio me han ayudado a expresar estas letras que sirven de catarsis…

Saludos!

Just Me.

17/4/07

Desde el Porteño barrio de La Boca


Hoy llueve, mucho, la tormenta asoma por la ventana y los rayos iluminan la noche oscura. Hoy, por primera vez en muchas noches, estoy en casa (la mayoria de las noches hace un mes a estas horas estoy dando clases). Y entonces me entrego a los pequeños placeres de la vida cotidiana, a escuchar música, a cocinar algo especial para cuando él llegue, a escribir.

Y mientras estoy en eso Sabina me vuelve a robar una sonrisa melancólica (de la melancolía de que algo bueno sucedió). Años de escuchar este tema que siempre me reflejó Buenos Aires pero del que me había perdido un pequeño detalle que reflejo mi escenario de vida, mi barrio; no sólo la cancha de Boca (el equipo de futbol del barrio y uno de los más famosos de Argentina), si no el colectivo (ómnibus o bus) que nos lleva, como dice su letra “De Gonzales Catán a La Boca, por Laguna”… casi entre sonrisas me di cuenta que ese colectivo ha sido “mi colectivo” en los últimos dos años. Es el colectivo nº 86, y, como dice la cancion va desde el barrio de Gónzalez Catán (en las afueras de la ciudad de Buenos Aires) al barrio de La Boca, “por Laguna” es el ramal, el que pasa por la esquina de mi casa… durante más de dos años este ha sido mi colectivo que me ha acompañado en noches de bares, noches de desengaños o noches de amores pasajeros… durante estos años cuando la noche se hacía día me he encontrado infinidad de veces esperándolo, siempre con la esperanza a flor de piel en mis ojos y la melancolía del pasado y del futuro…

Estos dos años han sido muy buenos, más de uno lo pasé en absoluta soledad, en la soledad de amores de una noche, de noches de un solo amor… El otro año lo pasé con él, aprendiendo que ser dos no es ser uno más uno, aprendiendo que esas noches de bares y de alcohol podíamos pasarlas juntos, aprendiendo que construirnos como compañeros es más difícil de lo que pensabamos y más gratificante y enorme de lo que jamás habíamos imaginado, aprendiendo que podemos cenar mirando el reality show de moda, leernos una obra de Isabel Allende, discutir sobre teoría, aconsejarnos en nuestros trabajos, levantarnos cuando nos caemos, tener el sexo más increíble que hayamos conocido, abrazarnos cuando uno llora, pelearnos entre nosotros y con nosotros mismos para volver a elegirnos apostando a vivir cada día mejor…

Y mientras todo esto ocurría en el escenario del porteño barrio de La Boca, el 86 siempre pasaba por la esquina, dibujando mi historia, nuestra historia, e historias como las que nos regala Sabina…

Se las dejo a ustedes de regalo, para conocernos un poco más…

Dieguitos Y Mafaldas

Sabina Joaquin

Veinte años cosidos a retazos
de urgencias, disimulos y rutinas,
veinte años cumplidos, en mis brazos,
con la carne del alma de gallina.
Veinte años de príncipes azules
que se marchaban antes de llegar,
veinte tangos de Manzi en los baúles,
veinte siglos sin cartas de papá.
De González Catán, en colectivo,
a la cancha de Boca, por Laguna
,
va soñando -"Hoy ganamos el partido"-
la niña de los ojos de la luna.
Los muchachos de "la doce" más violentos,
cuando la "junan", en la Bombonera,
le piden, a la Virgen de los Vientos,
que, le levante, a Paula, la pollera.
Veinte años de mitos mal curados
dibujando dieguitos y mafaldas,
veinte vidas hubiera yo tardado
en contar los lunares de su espalda.
Le debo una canción y algunos besos
que valen más que el oro del Perú,
sus huesos son sobrinos de mis huesos,
sus lágrimas los clavos de mi cruz.
De González Catán, en colectivo,
a la cancha de Boca, por Laguna,
va soñando -"Hoy ganamos el partido"-
la "jermu" que me engaña con la luna.
Alguna vez harán un monumento
los de la barra brava a mi "bostera",
y, una ermita, a la Virgen de los Vientos,
que, le levanta, a Paula la pollera.
De González Catán a Tirso de Molina, qué trajín,
de España a la Argentina, qué meneo
qué vaivén, qué ajetreo
qué mareo, qué ruina
¿y por culpa de quién?
del amor de una mina,
¿y total para qué?
si, al final, se rajó con un pibe,
que le prohibe a mi ex
ir a verme al Gran Rex,
cuando estoy de visita,
no sea que Paulita se ponga a llorar,
al oír su milonga,
no sea que a Paulita le dé por bailar,
al compás de la conga
y vuelva enfermita a González Catán
y no se reponga
y se ponga más loca de lo habitual,
bendita pollera,
menuda bandera para una canción
¡y que delantera!
aquel año Boca salió campeón,
de la Bombonera,
ninguna bostera se puede quejar
aunque le sobre razón, si
pinta rameras con el corazón
y con las caderas,
le toca a Palermo tocar el balón,
"la doce" se altera,
le toca al gallego tocar este son...
para una bostera
el año que Boca salió campeón,
en la Bombonera.

16/3/07

Vacio


“.. Que vacio deja la ansiedad...”

En Buenos Aires es de noche, temprana noche, quizás por eso la noche se me aparece larga en soledad.

Quisiera que estés a mi lado, soñando esos diálogos que nos mantienen despiertos hasta que la madrugada acecha, compartiendo un libro mientras yo te leo las recetas de cómo preparar el agua para el chocolate, intentando conocernos un poco más a través de ellas, escuchando melodías que se hacen cuerpo en nuestras caricias o simplemente durmiéndome a tu lado, en esa cama que decidí compartir contigo.

La ansiedad de ser sólo dos, el vacío que eso me deja…

Quizás aprender a convivir de a dos no es tan fácil, sólo que no entiendo porqué, si tu presencia siempre me roba una sonrisa, porqué a la vez me roba tantas lágrimas…

28/2/07

Momentos

Quizás yo sólo quiero estar estática, encontrar este lugar que tanto placer me produce y no moverme de acá…

Pero mientras más me empeño en quedarme estática, más se empeña la vida en eso de la movilidad, que, sospecho, no es lo mismo que movilización.

Entonces, regresión podría decirse, vuelvo a encontrarme sola, en un oscuro rincón, salvajemente fuera de mi racionalidad, temblando, tiritando, rompiendo lo que encuentro a mi paso y escapando de la locura que, sórdida y tranquila me acecha desde el otro rincón del cuarto. Sórdida, mezquina, ni siquiera me deja entrar en ella, se alimenta del goce de verme luchar por ella.

El temblor continúa y yo ya siento que no quepo en mi cuerpo, llorar no me alcanza, gritar tampoco, escribir tampoco, pues estas palabras son pequeños retazos que se encuentras muy lejos de reflejar (refelejarme).

Quizás, no soy para estar acá.

Quizás solo puedo acurrucarme y mirarla con miedo, mientras ella me acecha...

21/2/07

Hasta cansarme de Llorar


Foto: Briana


Hoy me encuentro sola. La noche es cálida pero sin brisa.

Recuerdo mis noches de soledad frente a mi computadora, intentando encontrarme, buscándome, aprendiendo a vivir conmigo misma sin llorar, sin sufrir.

Los recuerdos me invaden, cuando llegué a este departamento, hace dos años exactos, sin mesa, sin sillas, sin cama, con un puñado de libros, una enormidad de incertidumbres, el deseo de escapar y la necesidad de hallarme, de encontrarme en mi inmensa soledad.

Atrás quedaron amigos de la infancia que ya no lo eran, corazones rotos, historias tristes, sometimientos a la normalidad.

Entré acá y juré encontrarme.

Y así. Dos años de aquella primera noche que dormí en esta casa, sólo acompañada por un colchón y una silla, único mobiliario testigo de mi aventura. Dos años de historias de noches, de caminar descalza en esta ciudad que nunca duerme. Dos años y muchos hombres pasaron por mi cama, el sexo y las historias de la noche que detenían abrazos tangueros y lágrimas posmodernas. Tango y rock and roll, sexo y alcohol, drogas, noche, amores desencontrados, ustedes viviéndolo conmigo. Dos años que se resumen en una sola palabra: búsqueda.

Hoy me siento en algún punto de ese camino de búsqueda. No en el final, pero si en un punto intermedio de importancia relevante. Hoy estoy acompañada y decidiendo compartir este hogar con alguien más, con él que llegó para demostrarme que el amor no es primero hay que saber sufrir, después amar, después partir, si no que el amor es otra cosa, el amor es ser compañeros y luchar juntos en la búsqueda, el amor es mirar al otro y robarle una sonrisa cuando está llorando, el amor es ser honesto en la mirada de la otra persona y amar sin mediaciones de angustia.

Aunque el placer del goce de la angustia inevitablemente se extraña, entonces, a veces lloro… Hasta cansarme de llorar…

13/2/07

Instántaneas de Peter Pan



La insoportable levedad del ser, decía Kundera, palabras que alguna vez, tal vez niña, no entendía.
Hoy me encuentro insoportablemente leve, insoportablemente impotente, insoportablemente desbalanceada... No sé, los fantasmas de mis sueños se hacen presentes ante tu perfección mentirosa, y yo tiemblo, tiemblo tanto que ya no puedo... Entonces lloro, y cuando lloro el llanto no para, no se convierte en un llanto que depura, si no que me lleva cada vez más lejos, más profundo, a esa insoportable levedad del ser... Y entonces la bronca, la angustia, el creer que todos crecieron y yo (Peter - Pan) me quedé sola, niña, infantil, abandonada en un mundo que tal vez no existe porque sólo yo veo... Y la niña que llora sola escondida en un rincón de la casa mientras todas la ven pero aparentan no hacerlo me mira con sus ojos tristes y lejanos, casi pidiendo salvación, pero no puedo dársela, y así esa niña llega a hoy gritando enfurecida contra la normalidad que pretende arrasarme... pero también llorando por no poder crecer con todos los demás.... O algo así...