27/4/07

Movimiento


Miedo, vacio, ansiedad, temor, oscuro, voces y sonidos que vuelven, sensación de incapacidad…

Felicidad, ansias, movimiento, nervios, picazón en la panza, esperanza, sensación de todo es posible…

Así me encuentro, cambiando mi destino, enfrentándome cada día a nuevas sensaciones, con sus blancos, sus negros, sus grises y, sobre todo, llenas de colores…

Hoy renuncie a mi trabajo y en una semana empiezo uno nuevo. Quizás parece una situación trivial, quizás lo sea… pero a mi me enfrenta a esos sentimientos encontrados de felicidad y miedo, de esperanza y temor.

Pero el miedo asume forma de pasado, y ahí es que el miedo se convierte en terrible, porque me enfrenta a esos momentos grises, oscuros, casi negros, donde yo era mi peor enemiga, asumiendo la forma del entorno, de las personas que estaban a mi lado, que me rodeaban sin formar parte de mi vida… y allí me recuerdo, casi adolescente, enfrentando una casa sola, un trabajo nuevo, amistades que no fueron tal, en el llanto permanente de no saber que hacer, de querer huir, salir corriendo y no volver nunca más…

Y así me veo hoy, cansada de todos esos años, a la vez fortalecida, crecida, pero aún con miedos. Ya no estoy sola, ahora la casa es de a dos, pero eso también me llena de miedos… Y aunque sé que estoy ubicada en un mejor lugar y que me ubico a cada instante decidiendo lo que quiero hacer, esos miedos en forma de pasado estan ahí y me acechan… y a veces me ganan y los dejo pasar…

Quiero y elijo a cada instante cada una de las cosas que tengo, despertarme junto a él cada mañana, soñarnos juntos para siempre y saber que no soy más uno, que somos dos, compañeros, juntos… quiero y elijo, temo y lloro, me da bronca el miedo y lloro más fuerte, me veo a mi misma así llorando fuerte y me da bronca y sensación de caer en la locura irrefrenable de escapar de todos lados y lloro más… entonces él me abraza y me recuerda que ya no estoy sola, y lloro por no haberlo visto antes, y lloro por querer alejarlo con mi llanto, y lloro porque él no se va y me abraza más fuerte y me hace sentir que ya no podría vivir sin él, y lloro por temor de que eso pase, y lloro por pensar eso porque desde allí no se construye, y lloro porque aún no me sale del todo vivir mejor, y lloro porque recuerdo cuan mal estaba y lo fuerte que fui para salir de toda esa mierda, y lloro más fuerte hasta que me canso y me pongo a bailar, tanto tanto que el cuerpo me estalla, la música se hace piel y recién ahí me doy cuenta que puedo ser feliz, siempre y a cada momento eligiendo el camino de mi vida, puedo ser feliz…

Y se los quería contar a ustedes, que desde el lejano universo del ciberespacio me han ayudado a expresar estas letras que sirven de catarsis…

Saludos!

Just Me.

17/4/07

Desde el Porteño barrio de La Boca


Hoy llueve, mucho, la tormenta asoma por la ventana y los rayos iluminan la noche oscura. Hoy, por primera vez en muchas noches, estoy en casa (la mayoria de las noches hace un mes a estas horas estoy dando clases). Y entonces me entrego a los pequeños placeres de la vida cotidiana, a escuchar música, a cocinar algo especial para cuando él llegue, a escribir.

Y mientras estoy en eso Sabina me vuelve a robar una sonrisa melancólica (de la melancolía de que algo bueno sucedió). Años de escuchar este tema que siempre me reflejó Buenos Aires pero del que me había perdido un pequeño detalle que reflejo mi escenario de vida, mi barrio; no sólo la cancha de Boca (el equipo de futbol del barrio y uno de los más famosos de Argentina), si no el colectivo (ómnibus o bus) que nos lleva, como dice su letra “De Gonzales Catán a La Boca, por Laguna”… casi entre sonrisas me di cuenta que ese colectivo ha sido “mi colectivo” en los últimos dos años. Es el colectivo nº 86, y, como dice la cancion va desde el barrio de Gónzalez Catán (en las afueras de la ciudad de Buenos Aires) al barrio de La Boca, “por Laguna” es el ramal, el que pasa por la esquina de mi casa… durante más de dos años este ha sido mi colectivo que me ha acompañado en noches de bares, noches de desengaños o noches de amores pasajeros… durante estos años cuando la noche se hacía día me he encontrado infinidad de veces esperándolo, siempre con la esperanza a flor de piel en mis ojos y la melancolía del pasado y del futuro…

Estos dos años han sido muy buenos, más de uno lo pasé en absoluta soledad, en la soledad de amores de una noche, de noches de un solo amor… El otro año lo pasé con él, aprendiendo que ser dos no es ser uno más uno, aprendiendo que esas noches de bares y de alcohol podíamos pasarlas juntos, aprendiendo que construirnos como compañeros es más difícil de lo que pensabamos y más gratificante y enorme de lo que jamás habíamos imaginado, aprendiendo que podemos cenar mirando el reality show de moda, leernos una obra de Isabel Allende, discutir sobre teoría, aconsejarnos en nuestros trabajos, levantarnos cuando nos caemos, tener el sexo más increíble que hayamos conocido, abrazarnos cuando uno llora, pelearnos entre nosotros y con nosotros mismos para volver a elegirnos apostando a vivir cada día mejor…

Y mientras todo esto ocurría en el escenario del porteño barrio de La Boca, el 86 siempre pasaba por la esquina, dibujando mi historia, nuestra historia, e historias como las que nos regala Sabina…

Se las dejo a ustedes de regalo, para conocernos un poco más…

Dieguitos Y Mafaldas

Sabina Joaquin

Veinte años cosidos a retazos
de urgencias, disimulos y rutinas,
veinte años cumplidos, en mis brazos,
con la carne del alma de gallina.
Veinte años de príncipes azules
que se marchaban antes de llegar,
veinte tangos de Manzi en los baúles,
veinte siglos sin cartas de papá.
De González Catán, en colectivo,
a la cancha de Boca, por Laguna
,
va soñando -"Hoy ganamos el partido"-
la niña de los ojos de la luna.
Los muchachos de "la doce" más violentos,
cuando la "junan", en la Bombonera,
le piden, a la Virgen de los Vientos,
que, le levante, a Paula, la pollera.
Veinte años de mitos mal curados
dibujando dieguitos y mafaldas,
veinte vidas hubiera yo tardado
en contar los lunares de su espalda.
Le debo una canción y algunos besos
que valen más que el oro del Perú,
sus huesos son sobrinos de mis huesos,
sus lágrimas los clavos de mi cruz.
De González Catán, en colectivo,
a la cancha de Boca, por Laguna,
va soñando -"Hoy ganamos el partido"-
la "jermu" que me engaña con la luna.
Alguna vez harán un monumento
los de la barra brava a mi "bostera",
y, una ermita, a la Virgen de los Vientos,
que, le levanta, a Paula la pollera.
De González Catán a Tirso de Molina, qué trajín,
de España a la Argentina, qué meneo
qué vaivén, qué ajetreo
qué mareo, qué ruina
¿y por culpa de quién?
del amor de una mina,
¿y total para qué?
si, al final, se rajó con un pibe,
que le prohibe a mi ex
ir a verme al Gran Rex,
cuando estoy de visita,
no sea que Paulita se ponga a llorar,
al oír su milonga,
no sea que a Paulita le dé por bailar,
al compás de la conga
y vuelva enfermita a González Catán
y no se reponga
y se ponga más loca de lo habitual,
bendita pollera,
menuda bandera para una canción
¡y que delantera!
aquel año Boca salió campeón,
de la Bombonera,
ninguna bostera se puede quejar
aunque le sobre razón, si
pinta rameras con el corazón
y con las caderas,
le toca a Palermo tocar el balón,
"la doce" se altera,
le toca al gallego tocar este son...
para una bostera
el año que Boca salió campeón,
en la Bombonera.